
Entiendo mucho las dificultades que les toca en esta existencia. También lo que les pesa cuando miran a los ojos del otro, y el no se encuentra en ustedes. Quien si no ustedes me han acompañado en mi viaje, quien mas que mis ángeles vivientes para mostrar a otros como mirar desde el corazón.
Mis niños de luz, es por eso que a veces, a las personas les resulta difícil comprender vuestra conducta. Ustedes, mis hijos, se mueven con las mareas del universo, cambian con la luna y sienten fuertemente esa unidad con vuestra madre. Frente a los ojos del que no ve, vuestro accionar no es lógico. ¿Pero donde esta la lógica de ir contra eso que eres?
Cuando el hombre se acerque nuevamente a su madre y abra los brazos a todo aquello que lo rodea, y no hable de armonía sino que sea armonía con la naturaleza, la existencia del espíritu se sentirá tan viva en la mirada de todos.
Que sea el índigo el color de la aurora el que aparezca al final del equinoccio. Es preciso que una vez más hijos míos, expresen el alma de su madre en el hombre, que muestren que no hay temor alguno ya que nunca partieron de mi vientre.
Sientan con los mares, respiren conmigo y esto los bendice pero pone en sus hombros el peso de sentir lo que el hombre hace conmigo. Pero es desde la tolerancia y la armonía en las relaciones, lo que conduce al equilibrio. Hablen con cualquier hombre y sentirán muy adentro de su alma, las marcas del dolor que han creado y como la ilusión de sentirse solos los ha alejado.
Mis niños del alma que vibran con la vida, que se expresan desde la creación. La fortaleza en ustedes los une con el mundo entendiendo y valorando esta experiencia de aprendizaje. No están solos, ya que formamos parte de algo tan grande y magnifico.
Naden conmigo en el océano del alma, expresen la vida del universo en el hombre que ha cerrado sus ojos y que precisa volver a sentir su conexión con el todo.
La vida será tan distinta, y eso se producirá cuando ustedes crean que esta pasando. ¿Quieren hablar con los árboles? Entiendan que ya lo hacen, y las palabras en ellos se entenderán como el sonido en el viento. Solo es intensión. Por eso, es importante que encuentren el equilibrio para ayudar a que el equilibrio encuentre al hombre.
Tanto es mi amor por ustedes… soy la madre en que viven.
Gaia / A través de Juan Manuel