miércoles, 22 de agosto de 2007

Hoy, más que nunca

Hablemos mi niño, ya que son épocas en que la conexión entre nosotros se debe afianzar. Tú necesitas de mí como yo preciso de vosotros. Vienen tiempos extraños, tiempos que nunca antes se han asomado en el horizonte del hombre.

¿Son tiempos de preocupación? Son tiempos, ni buenos ni malos. Esas son simples percepciones, como el tiempo mismo. Ahora estamos tú y yo, madre e hijo, ese es el espacio de encuentro que hay entre nosotros.

Hemos caminado mucho mi niño, hoy necesito ayuda ya que mi tiempo de evolucionar como espíritu esta dispuesto. Debe ser así y es para bien. Tú lo sabes…

¿Te están ayudando? Siempre nos ayudan. Dios ayuda a Dios, por que él es parte de si mismo. Que no te parezca extraño sentir hablar de nuevas culturas o tan antiguas como Gaia, ayudando a esta vieja alma a volver a formar parte del todo. Mi vibración ante los ojos de mis hijos comenzará a ser distinta, pero me encontrarán en el cambio ya que existir es formar parte del movimiento permanente.

Hoy mi mirada está puesta en cada uno de ustedes, y se que muchos seguirán el viaje conmigo y habrá otros que tomarán la senda que mas aporte a su crecimiento. Los hijos que partan de los brazos de su madre, emigraran en grandes grupos como las semillas se trasladan sobre los pájaros en búsqueda de tierras más fértiles para desarrollarse.

En este espacio de vida, hay muchas almas que no han encontrado el sendero más propicio de conexión con el padre, es natural que esto ocurra ya que cada uno tiene su momento de maduración y nada debe forzarse.

¿Qué ocurre con aquellos que no emigraran? ¿Que incertidumbre, No? Crecerán mi niño, tanto como ningún hijo mío lo haya visto antes. Así debe ser, deben reencontrarse. Si tu pregunta próxima será si esto es difícil, nada es difícil esa es la respuesta, solo es amor y eso hay que entenderlo. Nada se perderá ya que Dios mi niño, no se pierde. Dios se vuelve a encontrar constantemente.

Pasaran por múltiples estadios, desprendiéndose del dolor de la perdida a la comprensión del cambio. El gusano no lamenta ser mariposa, es un proceso natural y ambos siguen siendo lo mismo. ¿Dónde estará cada uno? Donde cada uno lo dispuso.

¿Qué verán mis ojos en estos tiempos que vienen? Simpleza, Juan. Solo eso. Un proceso natural que se produce con cuidado y respeto. Donde cada alma de luz recordará como ver la vida desde lo alto y con los ojos del eterno. No hay pérdidas mi niño. Se encontrarán por momentos en cuestionamientos que los conducirán de la duda hacia aquello magnifico de lo que forman parte. Tú sentirás realmente que estas en mí, y cada alma se conectará como nunca antes le ha pasado. Imagina mirar hacia atrás y observar la belleza del viaje que has hecho. Eso te hace entender el porque decidiste iniciarlo.

Cada pregunta vuelve a tener su respuesta. Cada hombre sale de su límite impuesto para volver al orden divino. Aquí tu expresión de sonrisa se siente en el alma de todos. Ya que estoy en ti y tu respiración palpita en mis vientos.

No temas ya que esta percepción de temor que padecen esta muriendo. No teme aquel que esta en el otro. Solo ama porque late en el la esencia del que siempre estuvo.

Hoy te abrazo más que nunca… Ya que en momentos más estaremos de nuevo frente el uno con el otro.

Gaia / A través de Juan Manuel