lunes, 6 de agosto de 2007

Tú y yo, nosotros

Reencontrarse con la vida es aquel ansiado regreso a casa. Hoy tú y yo nos volvemos a ver. Cada pieza esta en armonía, cada espacio por mas efímero que sea, abre la puerta para que el tiempo avance.

Cada suceso conecta perfectamente el resultado de una nueva experiencia en la existencia. Este encuentro causal entre tu y yo es la apertura de una brecha atemporal que exige que Dios se regenere en nosotros.

Sueles volver a ver viejos amigos pequeño Saní, no hay casualidad. La sincronización esta actuando para que el Padre siga reencontrándose con el Padre y así en perfecta simbiosis, dos vuelven hacer uno. En paz tú me ves a los ojos, en paz yo estoy en ti ya que así la energía que se conforma en nuestro encuentro surge para hacer de ello algo más grande, algo nuevo. Radica aquí la importancia de que los hombres vuelvan a reencontrarse en el otro.

Hoy Saní piensa en el otro pero encuentra en él esa parte tuya. Mírate en su rostro ya que iluminarte en soledad no eleva al Padre. Estamos aquí para caminar todos juntos ya que fundirse en la esencia se hace con la existencia amorosa de cada uno de los mortales. El secreto esta en ti, en mí y en ellos. Entra en paz y respira en el otro ya que vuestras marcas de vida deben latir juntas. Esa es la señal que el hombre esta preparado para seguir creciendo.

Sanaeh / A través de Juan Manuel