martes, 20 de noviembre de 2007

Abrir el alma

La vida esta fluyendo con la naturalidad de la existencia divina. Hoy todo aquel que percibe mi presencia y se encuentra frente a mi, aprecia el sentido de aquello que comienza a entender. Logra ver la claridad donde siempre la hubo.

Mis pequeños, cada rincón dentro del espacio físico en el que viven la experiencia más maravillosa, cada uno de ustedes puede admirar como florecen las intenciones y la luz cubre donde hoy precisan ver.

¿Qué hay que comenzar a comprender en estas fechas que se aproximan?

La realidad tal como la conocen, esta registrando un giro acentuado dentro de la lógica que hasta ahora han entendido. La facilidad de llegar hacia donde se dirigen desde el esfuerzo, comienza a marcar las dificultades de un modelo dimensional que se esta disolviendo.

Ya nada se crea desde la imposición ya que el logro de la intención de aquello que queremos, estará en el profundo deseo de ser y estar en Dios, de sentir la fluidez amorosa como consecuencia del reconocimiento de esto tan grande que somos.

Los hábitos adoptados durante tantas existencias comienzan a disolverse, ya que el punto de inflexión que perciben como pasado, presente y futuro, desaparece modelando un concepto de realidad diferente al que han percibido hasta ahora.

La madurez en que la humanidad comienza a sumergirse, exige en ustedes que enfrenten con responsabilidad el derecho de elección de cómo la energía y la gracia se expresa en vosotros.

Dios esta abriendo sus ojos nuevamente en el hombre y comprende el aprendizaje que ha adquirido para poder seguir trascendiendo. También modifica las actitudes que ya no servirán en el camino que ahora debe tomar.

Las señales mis pequeños se están mostrando y surgen espontáneamente y sin razón de ser, en el sentido en que hoy perciben las cosas. Pero los invito a que vayan más allá de esto que definen como lógica y vean como el espectro del alma esta cubriendo los matices de vuestras vidas.

La enseñanza esta en todos los canales por donde se mueven, la vida hoy, esta girando su rumbo al destino que habían acordado. Dios se encuentra con Dios.

Han pasado tanto, y es posible que no recuerden mis palabras, ni puedan sentir la mano que siempre puse en vuestros hombres. Giren su rostro y podrán sentir como sostengo al que camina para que puedan hacer el ultimo tramo del sendero que eligieron transitar.

Abran el alma para percibir mi compañía en ustedes, ya que nunca caminaron solos esto que muchos todavía no comprenden. Hasta en los pequeños detalles, en las coincidencias, en lo inesperado, siempre me encuentro para mostrarles que no estan solos.

Emprendieron este largo viaje surcando el valle del olvido. ¿Y porque el olvido? La dicha del encuentro enciende en ustedes la fuerza suficiente para seguir creciendo. El cambio se produce en forma completa cuando cada uno de vosotros comienza a reconocer que el viaje esta finalizando. Pero entiendan que todo ciclo luego vuelve a comenzar, ya que toda primavera que culmina, sabe que el año entrante esta iniciando este proceso nuevamente. Esto genera en la vida, la fuerza que necesita para seguir siendo vida.

Despréndase de las emociones que marcan la muerte en vuestro camino. Hoy les recuerdo que el sueño del olvido fue para emprender el viaje sin la pena de aquello que estaban abandonando. Es la alegría, el sentido que nos impulsa a recordar por donde hemos venido y hacia donde estamos retornando.

El sentido de esta existencia cambia. La respuesta siempre estuvo en la pregunta que se hizo. Dios esta en Dios y la distancia de ese encuentro yace en el corazón de cada uno de ustedes.

Miren la luna en sus rostros, miren la infinidad de estrellas como resplandecen en vosotros. El universo entero entra en sus corazones y la intención de volver a ser lo son late con intensidad.

Siéntanme, soy el alma que los acompaña.

Arcángel Miguel / A través de Juan Manuel