martes, 17 de junio de 2008

Soledad


Levanta la vista mi pequeño, ¿Qué ves? Que tienen emociones confusas.

Bien, simplifícalas. Haz el intento, llévalo a que solo quede un sentimiento.

¿Dime que queda? Terminamos en la soledad. Exacto!, algunos pensadores hablarían del miedo a la soledad pero yo te hablaré de la soledad como esencia, como semilla de esas muchas expresiones que suele mostrar el hombre, tu como hombre, tu simplemente como ser, solo frente al campo de sueños que impulsa la realidad en que viven, el motor de las nubes que pasan sobre ustedes y despierta el deseo de querer.

¿Qué es querer? Aquello que vuelve a encontrarlos con eso que no pueden explicar, ya que las nubes suelen ser efímeras para la construcción del reencuentro que habita en ustedes y despierta esa sensación de deseo.

La soledad mi niño solo surge de la fragmentación, el espacio que existe entre tu y yo, el sueño, la separación entre las células, la construcción de la lengua que aparece como expresión de la idea y que decanta en el acto. Surge la soledad, cuando das un paso y un pie se aleja del otro, solo con el propósito de avanzar pero es ahí donde la percepción de unión desaparece.

Solo volver al acto de conciencia donde las palabras recuerden la idea de donde han surgido y puedan entender que nunca hubo separación, espacio y tiempo, es el lugar donde el alma se funde de nuevo con tu mente y tu cuerpo.

El movimiento solo surgió como estructura de un ser que vuelve a interpretar la idea, luego de haber sido palabra y acto.


Arcángel Miguel / A través de Juan Manuel